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Identificar prioridades para enfocar los esfuerzos en las áreas de mayor impacto, así como renegociar contratos, buscar alternativas entre proveedores y analizar costos son algunos de los factores que destacan los expertos
En América Latina, como en el resto del mundo, los niveles de inflación están rebasando sus máximos de los últimos 20 años, provocando que consumidores y empresas se enfrenten a desafíos para mitigar sus efectos, así lo indica en un análisis sobre los efectos de la inflación, Heidy Gonzaga, directora de abastecimiento estratégico de Servicios Corporativos Globales de Newmark.
La directora destaca que hay varios factores que contribuyen a crear la tormenta perfecta, como el repunte en la demanda al haberse levantado las restricciones por la pandemia
alrededor del mundo, problemas de disrupción en las cadenas de suministro, encarecimiento de materias primas y escasez de mano de obra calificada, entre otros.
“Ese es uno de los grandes retos que afronta el departamento de compras de las corporaciones. Por lo tanto, se deben planear formas para mitigar su impacto en las empresas y los consumidores. Todas las áreas del negocio sufren los efectos de la inflación, de forma directa o indirecta.
Compras y finanzas ven de primera mano cómo los costos suben y el presupuesto es afectado por las constantes tensiones del mercado. Compras, al ser en su mayoría la primera interfaz con proveedores, se ve confrontado con los requerimientos de los proveedores a incrementar costos. Por lo tanto, Compras, en coordinación con Finanzas y Operaciones, debe tomar acción para mantener los costos bajo control”, indicó Heidy Gonzaga.
Los pronósticos apuntan a que los
niveles inflacionarios altos y la incertidumbre se quedarán por un largo tiempo.
En este sentido, la directora de abastecimiento estratégico de Servicios Corporativos Globales de Newmark, recomienda seis acciones con las que el departamento de compras puede protegerse de la inflación y hacer frente a situación actual con éxito:
Evaluar y priorizar el riesgo. Es necesario enfocar las acciones en categorías y proveedores críticos que tendrán un impacto significativo en el negocio. No perder el tiempo en aumentos de precio relativamente intrascendentes mientras están en juego otros de mayor peso.
Identifique las categorías que no están bajo presión inflacionaria y aproveche cualquier oportunidad para reducir los precios o mantenerlos bajo control en estas, esto es una forma de contrarrestar los aumentos de precios en otras categorías.
Obtener visibilidad, tanta y tan rápido como sea posible. La visibilidad es crucial para permitir una respuesta rápida y una planificación eficiente. Por lo tanto, es necesario identificar e implementar las métricas y el seguimiento correctos para adelantarse a los problemas. El nivel de transparencia de los contratos, la medición de la volatilidad de los mercados, los niveles de precios, el gasto real contra el presupuesto y las tendencias de los índices económicos son solo algunas de las métricas que se deben monitorear constantemente.
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Promover la colaboración interna y con los proveedores. Para responder a los desafíos urgentes del mercado actual y la incertidumbre futura, se necesita una colaboración multifuncional. Derribar los silos y mejorar la visibilidad entre las funciones es cada vez más importante. No solo las diferentes funciones dentro del negocio deben estar alineadas y en comunicación constante, los proveedores también deben ser agregados a esta ecuación.
Entender la estructura de costos. No dar los incrementos por sentado, se requiere pedir a los proveedores que desglosen sus costos y entender qué comprende cada línea o artículo. Así como acostumbrarse a desafiar a los proveedores cuando solicitan un incremento por inflación y negociar con ellos en función de las circunstancias comerciales reales.
Se debe determinar cuál es el costo ideal de acuerdo con el mercado y los componentes del precio. Si un proveedor propone un aumento general del precio del 10%, pero la base de costos de ese producto o servicio ha aumentado un 5%, claramente cuenta con argumentos para negociar.
Si los salarios se incrementan un 30% y el proveedor de servicios quiere incrementar 30% su precio total, hay que recordar que la mano de obra es solo un porcentaje de dicho costo (aproximadamente entre el 60 al 80%), por lo que no debería de aceptar más que el porcentaje proporcional. Por otro lado, si un proveedor está presionando un aumento del 15% y el otro está presionando un aumento del 5%, debe usar esto para negociar y tal vez reasignar el volumen de compra al proveedor que ofrece mejores precios.
Finalmente, se debe tener en cuenta que no todos los costos están aumentando, hay que buscar oportunidades y aprovecharlas; hacer una propia investigación y analizar.
Asegurar que los términos en contrato son favorables para ti y el proveedor. El formato de contrato se puede adaptar para mitigar el impacto de la inflación. Se necesitará (re)negociar los contratos para incluir dichos términos, priorizar los objetivos de la negociación por proveedor y por categoría; considerar el contexto único de cada negociación: si no hay proveedores alternativos con costos más bajos, ajusta el enfoque. Prepárate con anticipación, conoce al proveedor, el mercado y su nivel de influencia. Luego, define una estrategia personalizada, objetivos y tipo de negociación por caso.
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Establecer reglas, funciones y responsabilidades claras para cada uno de los miembros del equipo que va a negociar con antelación, ayudará. Igual que evaluar la duración/plazo deseado, los métodos de indexación, los límites para la escalada de precios, así como la frecuencia permitida de ajustes de costos. Y decidir de antemano que estamos dispuestos a sacrificar y qué no.
Es importante evitar colocar todo el riesgo en el proveedor, eso no es una estrategia exitosa a largo plazo; más bien, hay que asociarse con proveedores que permitan ayudarse mutuamente en tiempos de inestabilidad.
Ser creativo, para identificar acciones de mitigación correctas. Maximizar el gasto en los contratos que no han tenido o solicitado ajustes por inflación y consolidar el volumen con menos proveedores para que estos a su vez puedan mitigar mejor el impacto de la inflación y eso se vea reflejado en mejores precios.
Para mejorar la resiliencia futura, la colaboración con
proveedores puede impulsar eficiencias conjuntas y mejorar el costo total de propiedad. Busca optimizar el control logístico, costos totales, aranceles e inventarios.
Para mitigar la inflación en los suministros, puede ajustarse el tamaño de los lotes comprados o la frecuencia de los pedidos. Pensando a más largo plazo, podrían reducirse los SKU o las características que conllevan un mayor costo, al modificar las especificaciones.
“La inflación y sus efectos son muy desafiantes, y se quedarán con nosotros por un largo tiempo. Es necesario saber dónde estamos, ser realistas y agresivos, actuar con decisión y prontitud, tomando pasos prácticos y efectivos para mitigar el impacto. Esto contribuirá a que las empresas cuenten con una ventaja estratégica para enfrentar las condiciones mundiales con éxito”, subrayó Gonzaga.
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